domingo, 4 de agosto de 2013

Relato de una vida.

En ocasiones pienso que en la vida existen “manos de adrenalina”. Puede parecer que estoy loco, pero no es así, ni mucho menos. En realidad he decidido utilizar ese término para explicar algo que me sucede y está ocurriendo en mi vida. Existen personas especiales en tu vida, unas más que otras, y siempre existe una que es la que tenemos en mente 25 horas al día. Sí, 25. Son esas personas que nunca nos abandonas pese a que no estén cerca, esas personas que habitan contigo, no por estar conviviendo contigo, sino porque un día se adentraron tanto en tu corazón que se establecieron allí sin permiso, pero somos nosotros los que dejamos que esas personas se quedasen allí, tal vez para siempre. Y bueno, se puede decir que esas personas son aquellas de las que estamos enamorados, esas de las que sólo puede haber una en tu vida y tienes claro quién es desde un principio. Pues bien, para explicar el término “manos de adrenalina” no voy a necesitar mucho, tan sólo que quien me lea tenga la suerte –o desgracia en otro caso- de conocer el amor. Las manos de adrenalina son las de esa persona que habita en tu corazón. Esas manos que has tenido la suerte de que recorran cada centímetro, no de tu cuerpo, sino de tu alma. En mi vida son manos de adrenalina porque son las que se desate una revolución en mi interior aun estando relajado. En esos momentos de calma que pasas con esa persona y por una tonta casualidad decide recorrer cada centímetro de tu espalda con sus dedos. Te hace desconectar del frío mundo en el que residimos durante unos instantes y llegar más allá, llegar a unos sentimientos que ni sospechábamos que podíamos tener. Y es que en verdad no tengo ni idea de si científicamente está comprobado que las caricias de la persona de la cual estás enamorado provocan endorfinas que nos lleven a culminar una revolución en nuestro interior. Esté comprobado o no, la experiencia personal me dice que una simple caricia, una mano recorriendo tu espalda, tu pecho o tu mejilla provoca en nosotros mismo simultáneamente dos sentimientos muy opuestos. Por un lado la relajación que se produce al estar con la persona en la que tienes depositada toda tu confianza y por otra el impulso de tu cerebro que hace que sientas estar en una caída libre infinita, una caída que no te angustia, sino que no quieres que vea su fin. Y sí, puedo decir que conozco el sentimiento de un orgasmo, para mí lo es cuando esos dedos llegan con toda la delicadeza a tu nunca y te hacen vivir. Por eso adoro las “manos de adrenalina” por eso adoro vivir situaciones como esas. Porque unas manos son suficientes para llenar toda una vida.

2 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes con esas manos de adrenalina! Completamente de acuerdo! Es tan absolutamente reconfortante sentir las manos de esa persona agarrando tu mano, o jugando con tu pelo..
    que bonito..como siempre!
    Como información adicional te diré que si que está comprobado que el amor crea unas sustancias e impulsos diferentes en nuestro organismo y en nuestro cerebro, cuando nos enamoramos. Bueno me voy ya y espero tu próxima entrada! :)

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  2. hola! soy la chica del comentario anterior desde mi blog personal! el otro lo llevamos mi novio y yo! igualmente ya te sigo y como he dicho antes, espero la proxima entrada! adiooos!

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